viernes, 30 de enero de 2009

Cierto es, Maestro... Nadie nos dijo.

Nadie dijo que fuera fácil Todo el mérito es tuyo; tienes mi palabra de honor. Quizá el botín de tan larga campaña –y lo que te queda todavía– no sea lo dorado y brillante que uno espera cuando la inicia, a los doce o trece años, con los ojos fascinados de quien se dispone a la aventura. Pero es un botín, es tuyo, es lo que hay, y es, te lo aseguro, mucho más de lo que la mayor parte de quienes te rodean obtendrán en su miserable y satisfecha vida. Tú has abordado naves más allá de Orión, recuerda. Tienes la mirada de los cien metros, esa que siempre te hará diferente hasta el final. Fuiste, vas, irás, esos cien metros más lejos que los otros; y durante la carrera, hasta que suene el disparo que le ponga fin, habrás sido tú y habrás sido libre, en vez de quedarte de rodillas, cómoda y estúpida, aguardando. Ahora sabes que todo merece la pena. La larga travesía por ese mundo de méritos numéricos y ausencia de reconocimiento, donde te viste obligada a arrastrar contigo al niño de papá, al tonto del haba, al inútil carne de matadero, con tal de llevar a buen término el trabajo para el que te bastabas en solitario. Has crecido y sabes que las oportunidades no estaban en los otros, sino en ti. Que no había nada malo en aquella chica tímida que se llevaba libros a las horas libres de tutoría; que buscaba la mirada de los profesores inteligentes, no para hacerles la pelota, sino por sentirse cómplice y no estar sola. La jovencita que sobrecargaba la mochila con El guardián entre el centeno o El señor de los anillos, que en la excursión del cole a Madrid prefería ver el Planetario, el Prado o el Reina Sofía a dejarse la garganta en el parque de atracciones. Que se enfrentaba a la hostilidad de compañeros cretinos porque era la única que había leído las Sonatas de Valle-Inclán o sabía quién era Wilkie Collins. Ahora que miras hacia atrás con madurez, comprendes que cada vez que alguien ninguneó tu forma de ser, te insultó, te miró por encima del hombro, no hizo sino precipitar tu aprendizaje y tu lucidez. Tu certeza de ser mejor, más despierta y diferente. Mírate ahora. Qué lejos estás de tanto borrego y tanto buey. Entras en la edad adulta sin que nadie pueda imponerte una sonrisa falsa cuando el mundo y su estupidez, su envidia, su mezquindad, te hagan fruncir el ceño. Ahora tienes la certeza de que no te equivocaste, y de que la niña callada en el banco del fondo puede ser vengada por la mujer que hoy la recuerda. Sabes ya que puedes ser feliz a tu manera y no a la de otros, con tus libros, con tus películas, con tu familia, con esos amigos que no sabes cuánto tiempo van a durar y por eso aprecias tanto, con la mirada serena que ahora posas a tu alrededor, en la calle, en el trabajo, en la vida. En la muerte. Ahora sabes que la virtud, en el más hondo sentido de la palabra, está en ese aguante de tantos años, cuando cerca estuvieron de convertirte en otra. Comprendes al fin que los malos profesores son un accidente sin demasiada importancia, pues eres tú quien aprende; y la vida, incluso con sus insultos, con sus malvados, con sus tragedias, con sus reglas implacables, la que te enseña. Nadie dijo que fuera fácil. El otro día fuiste a ver Salvador y saliste del cine asombrada, llorando. No por la película, ni por la suerte del protagonista, sino por la certeza de que los ideales de aquel muchacho ya no tienen sentido, porque ninguno los sustituye ahora, porque la gente de tu edad se divide en dos grandes grupos: una minoría de analfabetos desorientados, pasto de demagogia barata en manos de políticos sin escrúpulos, y una masa inerte cuya única aspiración es salir en Gran Hermano o ponerse hasta arriba el sábado por la noche; jóvenes con garganta y sin nada que gritar, que se irían por la pata abajo puestos en la piel de Salvador Puig Antich, o a los que, viendo El crimen de Cuenca, la sola visión del garrote vil haría cerrar los ojos con escalofríos en la nuca. Pero tus lágrimas, amiga, demuestran que tienes razón. Que no te equivocaste al amar al conde de Montecristo y al Gabriel Araceli de Galdós, al buscar el secreto genial de un soneto de Borges o Quevedo, al transitar, jugándotela, por los senderos sin carteles luminosos en los pasillos oscuros de la Historia. Al hacer de cada esfuerzo, de cada miedo, de cada desengaño, de cada ilusión y de cada libro, un martillo con el que picar los muros espesos que te rodean. Y si algún día tienes hijos, intenta que sean como tú. Como esos tipos flacos de los que hablaba Julio César, a la manera de Casio: gente de dormir inquieto, peligrosa y viva. La que quita el sueño a los apoltronados y a los imbéciles. ARTURO PÉREZ-REVERTE

18 comentarios:

María Magdalena dijo...

Cierta vez me alguien me acercó este texto. Desde entonces, vuelvo a él una y otra vez... no por ni para olvidar quién soy y qué me existe o pronuncia, sino porque cada palabra, cada enunciado, cada idea, ya ES en mí. Sé que acaecerá de idéntico modo con quienes lo recorran -en verdad, creo que ya lo conocen y han logrado reconocerse-, no obstante, vale, siempre vale, la palabra del Maestro Pérez-Reverte. Saludos a todos,

María Magdalena dijo...

¿A nadie le conmueve este texto como para opinar? ¿O tal vez avalan la célebre cita de G.K. Chesterton: "El silencio es la réplica más aguda" ? Saludos, y anhelos de un año poblado de haceres y aconteceres significativos para todos.

Sniper Urbano dijo...

Genial!!. Volver de vacaciones encontrando un texto que no me voy a cansar de recomendar. Abrazo a todos!!!

Anónimo dijo...

Me parece que lo que lei es un panfleto elogioso y exhagerado de la mujeres. Yo no tengo nada en contra de ella pero yo reconozco que no abundan la que aparece en los dichos de APR con todo el respeto a las que conozco. ¿Pueden publicar algo de la realidad de los argentinos? Grax.

Sniper Urbano dijo...

Pingpong, tu comentario desparrama misoginia. Quizás se deba a que las personas de nuestro círculo social estén en consonancia con lo que somos.

Anónimo dijo...

Me meto aca porque pertenesco al mismo círculo social. Yo quiero y yo respeto a las mujeres de mi circulo y a las de los otros sectores pero no tiene nada que ver. Que se la aprecien no es que ellas sean o hagan como dice APR. Aparte de todo lo pienso y no aparecen con escepcion de la Madre TeresA y las santas. Yo tengo msadre y familia mujeres pero APR dice otra cosa exhagerada sobre ellas. Lo único comentario que hice es que no abunda y sino te convenze lo que escribo fijate aca que nosotros somos mayoria y por algo es.¿Van a publicar de la realidad nacional? Grax

María Magdalena dijo...

Sr.PingPong:
En primer lugar, su actitud no pone de manifiesto una lectura del sentido del texto del Maestro Pérez-Reverte, ya que en él, la cuestión del género es sólo una excusa a la que apela, un mero recurso. Si, en todo caso, desea Ud. leer en ello un elogio, pues bien: ¡Vaya si lo merecen esas personas -mujeres u hombres- capaces de VER y de RESISIR y de PERSISTIR no como "pringue rebañega" -Pdre. Castellani SIC-sino desde un espacio de lucha y de conquista que sólo el Dolor, la Verdad, la Fe, el Coraje y el Conocimiento -de sí y del Otro-, otorgan. No hace falta para ello llevar botas, ni cargar armas, ni poseer músculos o pantalones -para que comprenda bien: no hace falta ser hombre. Ni tampoco, mujer-. Hace falta, sencillamente -y he aquí lo existencial en toda la Cristiandad que uno posee-, pronunciarse, para SER y HACER. Un saludo -y a ver si al menos con ese nick logra realizar algún saque contundente para no "pifiarle" tantas veces en la red-.

Anónimo dijo...

Srita: le hace falta humildad porque yo entre para opinar y pedir que publiquen de la realidad nacional ¿Que mi nick porque es obligación jugar al golf para opinar? Grax por los palos.

Rox Trongo dijo...

Hacia rato que no entraba al blog y pude ver que gratamente hay nuevas presentaciones para leer y disfrutar. Como siempre Perez Reverte es impecable y ojala tuvieramos mas de el. Una consulta a Ping Pong. Cual es la obligación de tener que hablar de la realidad nacional? Creo que hay suficientes foros y demas sitios que agotan lo que propones. De que realidad queres que se hable? Un saludo a todos.

María Magdalena dijo...

Propongo, en cambio -y a partir de los textos como disparadores- hablar de la ficcionalidad en y con la que se intenta ocultar la realidad nacional -a través de los diferentes mecanismos los llamados "progres" han puesto en marcha-. Tratemos de comprender al Sr. Ping Pong ya que, en su afán por la "verba" de los mass media, recurre a la afasia argumentativa. Saludos a todos.

Sniper Urbano dijo...

¿ocultar la realidad con ficción? ¿acá?, ¿En Argentina???- Naaaa

María Magdalena dijo...

recomiendo un libro brillante: "Por qué no soy progre", de Eulogio López. Posee, además, un diario digital -edición independiente, además de lúcida-: Hispanidad.com
Saludos a todos

María Magdalena dijo...

Si alguien se interesa por la sugerencia, desearía saberlo, ya que a mí me pareció brillante. Para sentir que uno no es el título del libro de Scalabrini Ortiz: "El hombre que está solo y espera", ja! Nuevamente, gracias y un abrazo

Unknown dijo...

Interesante recomendación bibliográfica. Para mi el progresismo es mucho de lo que aborrezco en la vida. Es la nada por la nada misma.
Es fenomenalmente engañoso, porque tiene posturas tan cerradas que asustarían a cualquier fanático. Para muestra, un botón.
1) No hay dogmas. Afirmación ya de por si incongruente. Afirmación que se convierte finalmente en eterna negación.
2) Todo es relativo. ¿raro, no? sobre todo viniendo de quien dice que no hay verdades. ¿Entonces hay una verdad "relativa"?. El progre siempre niega o, a lo sumo, "pregunta" con tono semi intelectual e irónico como método.
3) Compasión relativa. El progre es defensor de los derechos humanos, mas no de los derechos de los débiles (cuánto más débil, más execrable se pone el progre). Así, los niños por nacer (y los recién nacidos), los enfermos terminales, aquellos que tienen alguna discapacidad, etc pasan a ser blancos preferenciales. Si no puede emitir opinión, para el progre no existe.
4) La verdad es fruto del "consenso". Entonces desde éste punto de vista, cualquier acuerdo social temporario es absolutamente válido y digno de ser impuesto a las generaciones venideras. Con ese razonamiento, el consenso al que llegó la Alemania Nazi era perfectamente legítimo.
Podría seguir, pero.. ¿vale la pena detenerse en tan poco?
Progres, ¡¡¡¡cómprense una vida que merezca vivirse!!!!.

María Magdalena dijo...

Gerardo:
Creo que sí vale la pena detenerse, justamente para desmontar, desde el análisis del discurso, las falacias y contradicciones en la que, tal como enumaraste, recaen. No acuerdo, y con toda la humildad lo escribo, que se trate de poca cosa: el destino de toda una Nación, de la Patria -y de todo lo que ella implica y conlleva-, en este momento, se halla bajo ese mando. aquí, a riesgo de ser leida como insolente o soberbia, quisiera aclarar que gran parte de la gente no advierte -ni desde el discurso, ni desde la cotidianeidad- estas incoherencias o este despotismo al que nos someten constantemente. Por ello, insisto, propuse ese libro: porque desgaja cada uno de los mecanismos perversos -y ciertamente, siniestros- que tiñen el accionar de esta calaña. ¿Cuáles son sus debilidades, me pregunto? Me interrogo justamente sobre eso, para socavarlos, dejarlos al descubierto, desocultar cada uno de los mitos que los vuelven tan impunes -y hasta impolutos: Binner, por ejemplo, se perfila desde el imaginario popular como uno de los candidatos más "puros"-, desde los espacios en los que puedo operar. Considero que muchos son los puntos en los que es posible hallar fracturas. Sólo enumeraré los cinco que pienso como más sobresalientes -y exasperantes-:
1) La realidad -no pueden dimensionarla y siempre acaba avasallándolos-;
2) La solemnidad -esa que, unida a la soberbia y al dominio que poseen del discurso, los deviene abominables -aunque lamentablemente es leida o entendida como "honestidad, "austeridad", etc-;
3) La paranoia -los vuelve desmesuradamente despóticos y peligrosos-;
4) La falta de cuadro o estructura -política, claro está-. Ello los obliga a "adoctrinar" explícitamente y de modo permanente -y el General me perdone por utilizar este término- a cuanto ser -vivo o no- requieran para llevar a cabo sus propósitos;
5) La confianza desmedida en sí mismos - y cuya consecuencia inmediata es la soberbia-.
Y para acabar, comentaré algo que, en apariencia, puede resultar anecdótico o ingenuo -no obstante, es necesario difundirlo para que la condición poco aurítica del lenguaje, no se vuelva lodo que ciega: En esta semana -adviértase la fecha, por favor: jueves 05/03 viernes 06/03- el MiniTedio de Educación de la Pcia. convocó a los directores de escuelas secundarias para "hacerles llegar" los lineamientos y ejes de la política educativa a aplicar -¿¿¿¿¿¿¿y el "consenso"??????????????-. Dónde se realizará? En la GRANJA DE INFANCIA, -mediante "talleres y ropa cómoda para participar de ellos"-. LA GRANJA DE LA INFANCIA... No nos suena a cuento?
Gracias por la paciencia ante la extensión del comentario, mas comprendan: es páramo y grito y reivindicación de las convicciones y Valores por los que vivo, lucho y sangro. Un abrazo,

María Magdalena dijo...

Y sepan disculpar, además, los lapsus y errores que aparecen. "Escribir en caliente" significa: desde el dolor, la bronca y, al mismo tiempo, la Fe y la esperanza. Saludos.

Sniper Urbano dijo...

Consenso... no sé por qué será que cuando escucho esa palabra siento que me van a arrancar un acuerdo por la fuerza.
En la mentalidad imperante en la Argentina de hoy (y de muchos países en niveles de desarrollo como el nuestro) esta palabra se ha convertido en un talismán. Un talismán utilizado perversamente para imponer realidades ajenas a la gente mientras le intenta hacer creer que es obra propia.
Invito a que quien quiera comprobarlo de primera mano se sume a alguna reunión deliberativa del "presupuesto participativo" e intente proponer algo contrapuesto a los punteros ad hoc. Sugiero prestar atención al "adoctrinamiento" que se verán sometidos por algún politik comisariat. ¿Socialismo popular? ¡¡¡Que paradoja!!!

María Magdalena dijo...

Lo estoy padeciendo, Sniper, creéme que no me dan respiro, y por cuestiones menores ligadas a m trabajo. La persecusión es terrible y constante: el "ojo de Gran Hermano" se ha trasladado al ámbito de la política en todas sus dimensiones -educativa, social, cultural, social, etc-... Y sus personajes son tan grotescos y decadentes como los del reality show.