martes, 1 de mayo de 2007

A 25 años del Bautismo de Fuego de la Fuerza Aérea Argentina

Durante los años transcurridos desde la Guerra de Malvinas, mucho se ha hablado sobre la actuación de las fuerzas argentinas en general y de la Fuerza Aérea en particular, quizás no se ha dimensionado cabalmente el esfuerzo y la eficacia puestos en la contienda.

La Fuerza Aérea Argentina (FAA) desconocía la intención del gobierno nacional de retomar las islas hasta pocos días antes de concretarse; recién el 26 de Marzo de 1982 el Jefe de Estado Mayor de la FAA impone a sus colaboradores inmediatos de dicha intención.

Trabajando contra reloj, decide trasladar a Comodoro Rivadavia al Brigadier Ernesto Crespo con la orden de organizar y conducir la recientemente creada Fuerza Aérea Sur (FAS), carecían de planes, elementos de comunicaciones, desconocían la situación general a la que debían enfrentar. Debía organizar rápidamente su fuerza para combatir a un enemigo de notable superioridad, en un escenario aeronaval, que no es el escenario natural de la FAA; sino de la Armada.

Así, la FAS debió imponerse de las posibilidades del enemigo, realizar la adaptación de sus pilotos a las técnicas de ataque a buques, poner a punto sus armas e ir superando constantemente las frecuentes limitaciones que se presentaban; todo ello en menos de 30 días….. Fueron consultados fuentes de información de EEUU, Israel, diversos países de la OTAN y del Pacto de Varsovia, se analizaron las técnicas de bombardeo en picada de la Segunda Guerra Mundial, sin llegar a conclusiones enteramente satisfactorias para resolver el problema presente, el ataque a los modernos buques misilísticos. En prácticas de ataque a las naves de la Armada Argentina, los resultados eran igualmente lúgubres, si bien se empezó a vislumbrar la idea de que volando al máximo de velocidad y mínimo de altura, los buques no tendrían tiempo de reacción suficiente para responder utilizando sus armas.

Del análisis de las capacidades británicas surgió la necesidad de emplear un método no utilizado hasta el momento, la historia es testigo fiel de los logros obtenidos por él.

Otros análisis arrojaron la conclusión de que no se podrían efectuar combates con los aviones Harrier Británicos a baja altura, sobre las islas, porque el mayor consumo de combustible que requería esta alternativa les impediría regresar a sus bases en el continente. Esta distancia a las islas limitaba a nuestros Mirage a contar con sólo unos diez minutos de permanencia sobre el archipiélago austral. Esta contingencia llevaría también a no poder otorgar cobertura aérea a los aviones propios que se hicieran presentes en la zona para atacar los objetivos Británicos (buques, y eventualmente posiciones terrestres). Los aviones que se enviaron con esa misión de cobertura lo hacían sólo con la intención de atraer hacia si los aviones enemigos y producir confusión en los operadores de radar enemigos.

El 1ro de Mayo.

El comandante del grupo de batalla británico, Almirante Woodward tenía la orden de iniciar acciones bélicas sobre las islas intentando lograr ese mismo día la rendición de las fuerzas argentinas; para ello sus objetivos para ese día eran destruir los aeródromos argentinos en las islas, neutralizar los probables ataques de la aviación argentina y lograr la superioridad aérea local, consolidar una pequeña cabecera de playa, en las proximidades de Puerto Argentino, mediante heli-desembarco, e infiltrar elementos de fuerzas especiales, en distintos puntos costeros o isleños, para obtener información del despliegue argentino.

Así, la madrugada de éste día se inicia con un ataque aéreo británico sobre la pista de Puerto Argentino mediante dos bombarderos Vulcan que arrojaron 21 bombas de 1000 libras cada uno; haciendo impacto sobre la pista sólo una de ellas, el resto ocasionaron algunos daños en instalaciones de los alrededores. La FAS infiere que se presentarán nuevamente otros ataques aéreos y navales sobre las islas; despacha a las 6.44 Hs. la primera formación de combate, 2 aviones Mirage-III equipados para el combate aéreo con el indicativo “Fiera” (es un nombre que se utiliza para evitar dar por radio matrículas militares) que arribaron a las islas a las 7.30 Hs y después de algunos minutos debieron regresar por la falta mencionada de combustible, sin avistar enemigos.

M-III "Mirage"

M-V "Dagger"

Más tarde, a las 7.45 despegaron dos aviones M-V “Dagger” desde Río Grande con el indicativo “Toro”, también configurados para el combate aire-aire; quienes se encontraron con dos “Sea Harrier” británicos y debieron suspender el combate por escasez de combustible. A las 8.43 despegó un KC-130 indicativo “Perro” con la finalidad de abastecer en vuelo a los A4B y A4C “Skyhawks” argentinos, que irían despegando a lo largo del día.

A-4B y A-4C “Skyhawk”

25 de Mayo de 1982. Muestra a la seccion "Vulcano" compuesta por el Capitán P. Marcos Carballo y el Teniente Carlos Rinke pertenecientes grupo 5 de Caza y Ataque de la Fuerza Aerea Argentina en aproximacion final de ataque.

Luego fue el turno de los “Topos”, “Osos” y “Pampas” (A-4B y A-4C) en configuración para ataque a objetivos navales y por ende imposibilitados para el combate aéreo. Se fueron repitiendo distintas salidas hasta las 15.45 en que despegaron los “Torno” en misión de ataque naval, contactaron a una formación compuesta por un destructor tipo 42 y dos Fragatas tipo 21; a las que atacaron sin que reaccionaran a tiempo y dejando con fuego a bordo al destructor. Iniciaron los “tornos” el escape hacia el continente mientras el radar de Malvinas les alertaba acerca de la persecución que les estaba brindando, a 20 millas, una pareja de cazas británicos. Entraron aquí en acción los “Fortines” (dos M-V “Dagger”) en misión de cobertura aérea, quienes se dirigieron hacia la pareja de “Harriers” los que optaron por volver a su portaaviones. Desde luego que Gran Bretaña no reconoce que se haya dañado barco alguno ese día, si bien fue avistado posteriormente desde tierra a un destructor británico alejándose de la zona de las islas despidiendo una densa columna de humo negra primero, blanca después; observándose durante la noche una gran explosión en torno a la dirección a la que se dirigió.

Desde luego que éstas no fueron las únicas acciones de la FAS ese día, se concretaron en total 58 salidas, sufriendo la pérdida de 4 aviones, y muriendo 5 oficiales, 7 suboficiales y dos soldados.

El costo que pagó la Fuerza Aérea fue elevado, tanto en vidas humanas como en material, pero a partir de ese día se destruyó el mito de los buques misilísticos “invulnerables”. Un puñado de hombres, con escasos medios, pero con una profunda convicción y amor a su causa, lograría causarle a las fuerzas británicas a lo largo de la contienda daños de tal magnitud que generaron la admiración no sólo del mundo entero, sino también del propio enemigo.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

y pensar que ahora se nos caen los aviones por falta de presupuesto...

Anónimo dijo...

como no se van a caer aviones si ya tienen tres guerras encima!!!!

Anónimo dijo...

Felicitaciones a los militares y soldados que combatieron bravamente por nuestro pais. Una vez mas podemos mostrarnos a nosotros mismos nuestra capacidad de hacer grandes proezas cuando estamos unidos.
En relacion a lo que dicen los dos mensajes anteriores, concuerdo totalmente. Nos solo el mantenimiento es escaso sino que la vetustez de los mismos hace casi imposible y costoso mantenerlo (tienen mas de 30 años encima). Cuantos autos modelo 70 hay dando vueltas por las ciudades argentinas en relacion con el parque automotor del pais?. Todo el material de la FAA tiene una media de 30 años en su espalda. Los accidentes van a ser momeda corriente, asi como la muerte de estos servidores publicos. Nuestros politicos hacen lo mas facil. Que no vuelen mas. Ese es el futuro de la FAA y de todo lo que en nuestro pais no ande y no de redito politico su recambio!!!!!!!!!!

Sniper Urbano dijo...

Mi idea de poner éste artículo fue resaltar la labor de equipo puesta de manifiesto en la tarea. Contrariamente a lo que muchos piensan que la Fuerza Aérea Argentina tuvo una notable actuación por la individualidad de sus pilotos; el poner a una aeronave de combate en condiciones de cumplir su cometido requiere de una tarea coordinada que quedó de manifiesto en los resultados obtenidos en la contienda.
Ya en aquel momento contaba nuestra aviación con material que no era de última generación; cito como ejemplo a los aviones A-4, cuyos asientos eyectores no funcionaban en todos los casos por falta de repuestos.
Discrepo con Rox en que acá, lo que no da rédito se lo recambia; en realidad.... se lo elimina.

Anónimo dijo...

Que grande la Fuerza Aerea!!!!