lunes, 30 de julio de 2007

Políticamente Incorrecto

Por Sniper Urbano
Reproduzco aquí un extracto del discurso que Nicolás Sarkozy ha pronunciado el 29 de Abril de 2007. Asombrosamente, aborda temas y discusiones muy en boga también en la Argentina. Para leerlo y sacarle jugo. El discurso completo, en su idioma original puede encontrarse en: www.u-m-p.org/site/index.php/ump/s_informer/discours/nicolas_sarkozy_a_bercy
S.U.
NICOLÁS SARKOZY

«El pensamiento único, que es el pensamiento de quienes lo saben todo, de quienes se creen no sólo intelectualmente sino también moralmente por encima de los demás, ese pensamiento único había denegado a la política la capacidad para expresar una voluntad.

Había condenado la política. Había profetizado su caída imparable frente a los mercados, las multinacionales, los sindicatos, Internet. Se sostenía que en el mundo tal cual es hoy, con sus informaciones que se difunde instantáneamente, sus capitales que se desplazan cada vez más rápido y sus fronteras ampliamente abiertas, la política ya no jugaría más que un papel anecdótico y que ya no podría expresar una voluntad, porque el poder pronto estaría compartido, diluido, disperso en red; porque las fronteras estarían totalmente abiertas y los hombres, los capitales y las mercancías circularían sin obedecer a nadie. Pero la política retorna. Retorna por todas partes en el mundo. La caída del Muro de Berlín pareció anunciar el fin de la Historia y la disolución de la política en el mercado. Dieciocho años después, todo el mundo sabe que la Historia no ha terminado, que siempre es trágica y que la política no puede desaparecer porque los hombres de hoy sienten una necesidad de política, un deseo de política como rara vez se había visto desde el fin de la segunda guerra mundial.

NECESIDAD DE NACIÓN

La necesidad de política tiene por corolario la necesidad de nación. La nación también había sido condenada. Pero aquí está de nuevo, para responder a la necesidad de identidad frente a la mundialización, vivida como una empresa de uniformización y mercantilización del mundo en la que ya no quedaría lugar para la cultura y para los valores del espíritu. Quizá la inquietud es excesiva, pero es bien real y expresa una necesidad de identidad muy fuerte. Por todas partes la he encontrado en esta campaña; en todas partes me han hablado de ella gentes de toda condición. Pero la nación no es sólo la identidad. Es también la capacidad de estar juntos para protegerse y para actuar. Es el sentimiento de que no se está solo para afrontar un futuro angustioso y un mundo amenazante. Es el sentimiento de que, juntos, se es más fuerte, y podremos hacer frente a lo que, solos, no podríamos afrontar.

Yo he querido volver a poner la voluntad política y Francia en el corazón del debate político. La voluntad política y la nación están siempre para lo mejor y para lo peor. El pueblo que se moviliza, que se convierte en una fuerza colectiva, es una potencia temible que puede actuar tanto para lo mejor como para lo peor. Hagamos las cosas de manera que sea para lo mejor. Conjuraremos lo peor respetando a los franceses, manteniendo nuestros compromisos, respetando la palabra dada. Conjuraremos lo peor haciendo que la moral retorne a la política.

CONTRA LOS HEREDEROS DE MAYO DEL 68

No me da miedo la palabra “moral”. Desde mayo de 1968 no se podía hablar de moral. Era una palabra que había desaparecido del vocabulario político. Hoy, por primera vez en decenios, la moral ha estado en el corazón de la campaña presidencial.

Mayo del 68 nos había impuesto el relativismo intelectual y moral. Los herederos del 68 habían impuesto la idea de que todo vale, de que no hay ninguna diferencia entre el bien y el mal, entre lo verdadero y lo falso, entre lo bello y lo feo. Habían querido hacernos creer que el alumno vale tanto como el maestro, que no hay que poner notas para no traumatizar a los malos alumnos, que no había diferencias de valor y de mérito. Habían querido hacernos creer que la víctima cuenta menos que el delincuente, y que no puede existir ninguna jerarquía de valores. Habían proclamado que todo está permitido, que la autoridad había terminado, que las buenas maneras habían terminado, que el respeto había terminado, que ya no había nada que fuera grande, nada que fuera sagrado, nada admirable, y tampoco ya ninguna regla, ninguna norma, nada que estuviera prohibido.

Recordad el eslogan de Mayo del 68 en las paredes de la Sorbona: “Vivir sin obligaciones y gozar sin trabas”. Así la herencia de Mayo del 68 ha liquidado a la escuela de Jules Ferry en la izquierda francesa, que era una escuela de la excelencia, del mérito, del respeto, del civismo; una escuela que quería ayudar a los niños a convertirse en adultos y no a seguir siendo niños grandes, una escuela que quería instruir y no infantilizar, porque había sido construida por grandes republicanos que tenían la convicción de que el ignorante no es libre.

Pero la herencia de Mayo del 68 ha liquidado esa escuela que transmitía una cultura común y una moral compartida, cultura y moral gracias a las que todos los franceses podían hablarse, comprenderse, vivir juntos.

La herencia de Mayo del 68 ha introducido el cinismo en la sociedad y en la política. Han sido precisamente los valores de Mayo del 68 los que han promovido la deriva del capitalismo financiero, el culto del dinero-rey, del beneficio a corto plazo, de la especulación. El cuestionamiento de todas las referencias éticas y de todos los valores morales ha contribuido a debilitar la moral del capitalismo, ha preparado el terreno para el capitalismo sin escrúpulos y sin ética, para esas indemnizaciones millonarias de los grandes directivos, esos retiros blindados, esos abusos de ciertos empresarios, el triunfo del depredador sobre el emprendedor, del especulador sobre el trabajador.

LA IZQUIERDA HIPÓCRITA

Los herederos de Mayo del 68 han degradado el nivel moral de la política. Todos esos políticos que reivindican la herencia de Mayo del 68, dan al prójimo lecciones que jamás se aplican a sí mismos, quieren imponer a los demás comportamientos, reglas, sacrificios que jamás se imponen a sí mismos. Proclaman: “Haced lo que yo digo, no hagáis lo que yo hago”. Ésa es la izquierda heredera de Mayo del 68, la que está en la política, en los medios de comunicación, en la administración, en la economía. La izquierda que le ha tomado gusto al poder, a los Privilegios. La izquierda que no ama a la nación porque no quiere compartir nada. Que no ama a la República porque no ama la igualdad. Que pretende defender los servicios públicos, pero que jamás veréis en un transporte colectivo. Que ama tanto la escuela pública, que a sus hijos los lleva a colegios privados. Que dice adorar la periferia, pero que se cuida mucho de vivir en ella. Que siempre encuentra excusas para los violentos, a condición de que se queden en esos barrios a los que ella, la izquierda, no va jamás.

Esa izquierda que hace grandes discursos sobre el interés general, pero que se encierra en el clientelismo y el corporativismo. Que firma peticiones y manifiestos cuando se expulsa a algún “okupa”, pero que no aceptaría que se instalaran en su casa. Que dedica su tiempo a hacer moral para los demás, sin ser capaz de aplicársela a sí misma.

Esa izquierda, en fin, que entre Jules Ferry y Mayo del 68 ha elegido Mayo del 68, es la que condena a Francia a un inmovilismo cuyas principales víctimas serán los trabajadores, los más modestos, los más pobres. Ésa es la izquierda que desde Mayo del 68 ha renunciado al mérito y al esfuerzo, que ha dejado de hablar a los trabajadores, de sentirse concernida por la suerte de los trabajadores, de amar a los trabajadores; porque el valor trabajo ya no forma parte de sus valores, porque su ideología ya no es la de Jaurès o la de Blum, que respetaban a los trabajadores, sino que ahora la ideología de la izquierda es la del reparto obligatorio del trabajo, la de las 35 horas, la del asistencialismo. La crisis del trabajo es ante todo una crisis moral, y en ella la herencia de Mayo del 68 tiene una enorme responsabilidad. Yo quiero rehabilitar el trabajo, quiero devolver al trabajador el primer lugar en la sociedad.

LIQUIDAR LA HERENCIA DE MAYO DEL 68

La herencia de Mayo del 68 ha debilitado la autoridad del Estado. Esos herederos de los que en Mayo del 68 gritaban “CRS = SS”, toman sistemáticamente partido por los violentos, los alborotadores y los estafadores contra la policía. Lo hemos visto tras los incidentes de la Estación del Norte. En lugar de condenar a los violentos y de apoyar a las fuerzas del orden y su difícil trabajo, no se les ha ocurrido nada mejor que esta frase, que merecería ser inscrita en los anales de la República: “Es inquietante constatar que se ha abierto una fosa entre la policía y la juventud”. Como si los vándalos de la Estación del Norte representaran a toda la juventud francesa. Como si fuera la policía la que estaba actuando mal, y no los violentos. Como si los violentos hubieran destrozado todo y saqueado los comercios para expresar una revuelta contra una injusticia. Como si el hecho de ser jóvenes lo excusara todo. Como si la sociedad fuera siempre culpable y el delincuente siempre inocente.

Ésos son los herederos de Mayo del 68, que denigran la identidad nacional, que atizan el odio a la familia, a la sociedad, al Estado, a la nación, a la República. En estas elecciones se trata de saber si la herencia de Mayo del 68 debe ser perpetuada o si puede ser liquidada de una vez por todas. Yo quiero pasar la página de Mayo del 68. Pero tiene que ser más que un gesto.

No hay que contentarse con poner banderas en los balcones el 14 de julio y cantar la Marsellesa en vez de la Internacional en los mítines del Partido Socialista. No se puede decir que se desea el orden y tomar sistemáticamente partido contra la policía. No es posible seguir denunciando la “provocación” y el “Estado policial” cada vez que la policía intenta hacer respetar la ley. No se puede decir que uno apuesta por el valor del trabajo y, al mismo tiempo, generalizar las 35 horas, seguir cargándolo con impuestos y estimular la mentalidad del asistido, del que cobra del Estado para no trabajar.

No se puede decir que se desea obstaculizar las deslocalizaciones y al mismo tiempo rechazar cualquier experimentación del IVA social, que permite financiar la protección social con las importaciones. No es posible proclamar grandes principios y negarse a inscribirlos en la realidad. Yo propongo a los franceses romper realmente con el espíritu, con los comportamientos, con las ideas de Mayo del 68, con el cinismo de Mayo del 68. Propongo a los franceses devolver a la política la moral, la autoridad, el trabajo, la nación. Les propongo reconstruir un Estado que haga realmente su trabajo y que, en consecuencia, domine las feudalidades, los corporativismos y los intereses particulares. Les propongo rehacer una República una e indivisible contra todos los comunitarismos y todos los separatismos. Les propongo reedificar una nación que de nuevo esté orgullosa de sí misma.

CIUDADANÍA DE DEBERES

Al poner sistemáticamente los derechos por encima de los deberes, los herederos de Mayo del 68 han debilitado la idea de ciudadanía. Al denigrar la ley, el Estado y la nación, los herederos de Mayo del 68 han favorecido el crecimiento del individualismo. Han incitado a cada cual a no pensar más que en sí mismo y a no sentirse concernido por los problemas del prójimo.

Yo creo en la libertad individual, pero quiero compensar el individualismo con el civismo, con una ciudadanía hecha de derechos pero también de deberes. Quiero derechos nuevos, derechos reales y no virtuales. Quiero un derecho real a un techo, al alojamiento. Un derecho real al cuidado de los hijos, a la escolarización de niños con minusvalías, a la dependencia para los mayores. Quiero el derecho a un contrato de formación para los jóvenes de más de 18 años, y a la formación a lo largo de toda la vida. Quiero el derecho a la caución pública para aquellos que no tienen padres, para los que no tienen relaciones, para los enfermos a los que no se les quiere prestar porque se considera que representan un riesgo demasiado elevado. Quiero el derecho a un contrato de transición profesional para los que están en paro.

Pero quiero que estos derechos estén equilibrados con los deberes. La ideología de Mayo del 68 habrá muerto cuando la sociedad se atreva a recordar a cada cual sus deberes, cuando en la política francesa se ose proclamar que, en la República, los deberes son la contrapartida de los derechos.

Ese día al fin se habrá realizado la gran reforma moral e intelectual que Francia necesita una vez más. Entonces podremos reconstruir sobre cimientos renovados esa República fraternal que es el sueño siempre inacabado, nunca realizado de Francia desde el primer día en que tuvo conciencia de su existencia como nación. Porque Francia no es una raza, no es una etnia, ni sólo un territorio; Francia es un ideal incansablemente perseguido por un gran pueblo que, desde su primer día, cree en la fuerza de las ideas, en su capacidad para transformar el mundo y hacer la felicidad de la humanidad.

Quiero decírselo a los franceses: el pleno empleo, el crecimiento, el aumento del poder adquisitivo, la revalorización del trabajo, la moralización del capitalismo, todo eso es necesario y es posible. Pero eso no son más que medios que deben ser puestos al servicio de una cierta idea del hombre, de un ideal de sociedad donde cada cual pueda encontrar su lugar, donde la dignidad de todos y cada uno sea reconocida y respetada.»

8 comentarios:

María Magdalena dijo...

En verdad, más allá de lo interesante que resulta el artículo, sería bueno aclarar que esta pseudo ideología de izquierda puede ser pensada ya desde los movimientos del arte -y por ende, políticos- que se sucedieron antes del mayo francés. La vanguardia europea constituye un claro ejemplo de ello: "Hay que quemar los Museos y las Bibliotecas". El objetivo? Acabar con la tradición. Pero no debemos nunca subestimar al Pueblo. Nada más férreo en el Viejo Continente que la la legitimidad de la historia -desde los cánones, incluso, se nutren de ella-. Y ello es, justamente, lo que nos diferencia. No sólo no contamos con "siglos de historia", sino que, además, desde los orígenes mismos de la Nación pensada como tal, la "intelligenzia" argentina se ha encargado de devastar la tradición que nos aglutina en tanto argentinos. Un gran abrazo desde mi alma federal y carmesí para todos,
María Magdalena

María Magdalena dijo...

Heme aquí otra vez con el único propósito de hacerles llegar el discurso -célebre y virtuoso, por cierto- del Monseñor Marcel Lefebvre, el que fuera pronunciado en ocasión de los festejos de los sesenta años de su ordenación sacerdotal el 19 de noviembre de 1989. La última parte de su disertación fue dedicada al análisis de los sucesos que conmovían al mundo, particularmente a Europa:

"Ahora os diré algunas palabras sobre la situación internacional. Me parece que tenemos que reflexionar y sacar una conclusión ante los acontecimientos que vivimos actualmente, que tienen bastante de apocalípticos. Es algo sorprendente esos movimientos que no siempre comprendemos bien; esas cosas extraordinarias que suceden detrás, y ahora a través, de la cortina de acero. No debemos olvidar, con ocasión de estos acontecimientos las previsiones que han hecho las sectas masónicas y que han sido publicadas por el Papa Pío IX. Ellas hacen alusión a un gobierno mundial y al sometimiento de Roma a los ideales masónicos; esto hace ya más de cien años. No debemos olvidar tampoco las profecías de la Santísima Virgen. Ella nos ha advertido. Si Rusia no se convierte, si el mundo no se convierte, si no reza ni hace penitencia, el comunismo invadirá el mundo. ¿Qué quiere decir ésto? Sabemos muy bien que el objetivo de las sectas masónicas es la creación un gobierno mundial con los ideales masónicos, es decir los derechos del hombre, la igualdad, la fraternidad y la libertad, comprendidas en un sentido anticristiano, contra Nuestro Señor. Esos ideales serían defendidos por un gobierno mundial que establecería una especie de socialismo para uso de todos los países y, a continuación, un congreso de las religiones, que las abarcaría a todas, incluida la católica, y que estaría al servicio del gobierno mundial, corno los ortodoxos rusos están al servicio del gobierno de los Soviets. Habría dos congresos: el político universal, que dirigiría el mundo; y el congreso de las religiones, que iría en socorro de este gobierno mundial, y que estaría, evidentemente, a sueldo de este gobierno".
Saludos, nuevamente,
M. Magdalena

Anónimo dijo...

La señora ha ganado.
Que sentido tiene discutirlo.
El ángel se distrajo (también con tanto mal dando vuelta) y se consumó la división de bienes.
Conyugales, claro está.
Y nadie supo, pudo o quiso.
...y ya verán que volverán caras extrañas...
Y el regreso de los vivos – vivos.
Prudentemente subsidiados.
Ha implantar las costumbres de la muerte.
Ha reformular las verdades del General.
“El único privilegiado es el placer”
Y el negocio, of course.
Pero, seguramente, haremos algún adefesio por el estilo sobre las 20 verdades santacruceñas.
Por que merece algo aparte.
Por que estos barros no son, definitivamente, de aquellos lodos.
Y en este domingo de Ramos comienza la semana santa de la patria.
Que será convenientemente crucificada en algún monte de piedad.
Montes de piedad reconocidos mas por sus siglas que por sus funciones.
Sus “verdaderas” funciones.
Pero, no olvidemos la historia.
Antes de la crucifixión fue la flagelación.
Y la coronación de espinas.
Y las caídas llevando la cruz.
Y la vista de la madre.
El dolor químicamente puro.
Esos dolores que se consiguen una vez por Creación.
Y la comparación, pero incruenta, se presenta como obvia.
Quizás, con la salvedad, que en esta ocasión habrá algún ajenjo inestimulante.
Una curiosa dormidera vivificante.
Quizás vendrá acompañado por la extorsión artística de un sueño.
O la congregación juvenil de un claustrofóbico ráting.
En una de esas la administración dineraria permite un control superavitario que tranquilice los espíritus inquietos.
Algo así como el “Primus vivere, deinde filosofare” llevado a un extremo atroz.
Al extremo de resignar Patria, Nación, Estado y Pueblo.
A condición que baje el alumbrado y el barrido.
Por que la “limpieza”, sepámoslo bien, no la van a abandonar.
Nunca.

Sniper Urbano dijo...

Gracias por sus aportes. La verdad es que como comentarios son demasiado grandes, merecen otra categoría ya!!!!

Saludos
SU

Anónimo dijo...

Primer verdad santacruceña.
“La verdadera democracia es aquella donde el pueblo hace lo que el gobierno quiere y defiende su solo interés”.
En la complejidad tormentosa del mundo moderno el pueblo no puede saber lo que quiere.
Por que si supiera, je je, sería gobierno.
Las diferencias estructurales entre el pueblo, anclado y establecido en calidades culturales estrictamente arraigadas a un pasado abrumadoramente nefasto, se llevan de a patadas con las posibilidades mundanas de las tecnologías, concretas y supuestas, que puede destinar el orbe a nuestras comodidades diarias.
Algo así como esa vieja leyenda obscura que rezaba sobre el intercambio de oro y vidrios pintados...
Algún día, en el siglo 28, se hablará con una mezcla de cariño e incredulidad hacia la ingenuidad de estas épocas.
Donde se creía en los gobernantes por lo que decían.
A pesar de lo que hacían....
Por que, aún en esas fechas, la verdad seguirá siendo la única realidad.
Amén.
Para que mas...

KRATES dijo...

¡Muy buenas!

Mi pseudónimo es KRATES, pertenezco al Blog Los de Abajo… y disculpar mi interrupción, aunque sea tarde. Aunque me hayan aconsejado que no diga nada.

Este Sarkozy, mira que relacionar el Mayo del 68 con el actual ultraliberalismo reinante es mostrar una toal ignorancia. Poco sabe de quienes fueron los de la Internacional Situacionista o el Movimiento 22 de Marzo. Y decir alguien, en uno de los comentarios anteriores, que es una pseudo ideología de izquierda su discurso, es como decir que De Gaulle era de izquierdas y, por ende, los fuesen Menem y Perón.

La conspiración masónica internacional que quiere dominar el mundo junto al comunismo de Marcel Lefebvre, me recuerda mucho a la conspiración rojo-judeo-masónica del anterior dictador español, el general Franco.

Ves Snoopy Urbano, he intervenido en un viejo debate y no lo he hecho como hicistes tú aquí (enlace a su entrada), entrando como un elefante en una cacharrería, lo que conlleva a que solamente te lleves palos.

Por mi parte no digo más... Usted por su lado y yo por el mío.

¡Adios y hasta siempre!

KRATES dijo...

Este es el comentario con el que empezastes: «No extraña ver este tipo de petardismo anticlerical, cómodo, vacío. Barato además porque hace una melange que sólo puede ser digerida por aquél que jamás se ha alimentado con la palabra de Vida.
Traten de cambiar el rumbo un poco más. A la izquierda ya no están. Salgan por lo menos de abajo.»
O sea, nada.

Sniper Urbano dijo...

Gracias por tu aporte Krater.