martes, 20 de noviembre de 2007

20 de Noviembre, Día de la Soberanía Nacional

En conmemoración de la batalla de Vuelta de Obligado, se ha instaurado el 20 de noviembre como Día de la Soberanía Nacional. Por la valentía de los argentinos que participaron en ella y por sus consecuencias, es reconocida como modelo y ejemplo de sacrificio en pos de nuestra soberanía.

Corría el año 1845, el complejo contexto político interno con profundas divisiones, propició un nuevo intento de dos potencias europeas (Francia e Inglaterra) por colonizar algunas regiones de nuestro país.

El propósito de los invasores era ingresar por el Paraná con un convoy comercial de noventa navíos mercantes custodiado por buques de guerra ingleses y franceses, intentarían remontar el Río Paraná llevando mercaderías a las provincias del litoral y al Paraguay. La intención además era ocupar los ríos interiores con sus escuadras, obligar a la “libre navegación” del Plata y sus afluentes y convertir a Montevideo en una factoría comercial para ambas potencias.

Con patriotismo, inteligencia y astucia, fue preparada la defensa nacional cerrando el Paraná con baterías escalonadas a lo largo de sus costas para librar batalla contra sus agresores. La principal defensa se encontraba en la Vuelta de Obligado al norte de la ciudad de San Pedro. Allí, el General Lucio V. Mansilla hizo tender de costa a costa sobre 24 lanchones tres gruesas cadenas para impedir el paso de las embarcaciones y ocupó con dos mil hombres las trincheras y baterías emplazadas en el lugar.

Las fuerzas enemigas superaban ampliamente, en número y en modernidad de su armamento, a las argentinas. Cuando los extranjeros avanzaron, Mansilla ordenó la defensa y proclamó a la tropa:

“¡Valientes soldados federales, defensores denodados de la Independencia de la República y de la América!; ahí vienen nuestros enemigos, sostenidos por los codiciosos marinos de Francia e Inglaterra, navegando las aguas del gran Paraná, sobre cuyas costas estamos para privar su navegación bajo de otra bandera que no sea la Nacional... ¡Vedlos camaradas, allí los tenéis!... Considerad el tamaño del insulto que vienen haciendo a la soberanía de nuestra Patria, al navegar un río que corre por el territorio de nuestra República, sin más título que la fuerza con que se creen poderosos. ¡Pero se engañan esos miserables: aquí no lo serán! ¿No es verdad camaradas? ¡Vamos a probarlo! Tremole en el río Paraná y en sus costas el pabellón azul y blanco, y muramos todos antes de verlo bajar de donde flamea.”

Las bajas de los argentinos resultaron muchas por el heroísmo en la defensa de la posición y por la desproporción en el armamento, pero el hecho, demostraría a los interventores que no podrían vencer, pues la guerra de resistencia sería franca e implacable, tras 7 horas de lucha las fuerzas de la Confederación Argentina, fueron desplazadas.

Las noticias de las pérdidas comerciales sufridas por el convoy y los relatos de la hidalguía y bravura de los argentinos llegaron a Londres. Los tenedores de bonos de deuda argentina reclamaban el fin de la intervención para poder cobrar. Ante esta situación, los gobiernos extranjeros ordenaron el retiro inmediato e incondicional de sus escuadras en el Plata desagraviando al pabellón argentino con 21 cañonazos.

La victoria Argentina demostró que los triunfos no sólo dependen de quien tenga más soldados y mayor poder de fuego, también es de vital importancia tener una inteligente y ordenada estrategia, sin divisiones en el frente interno y llevando una excelente política exterior que explote las contradicciones del adversario, estando dispuestos plenamente a conseguir los objetivos propuestos.

Vayan estas palabras a modo de sentido homenaje a quienes participaron de ésta gesta, dejándonos un claro testimonio que permita fortalecer nuestro espíritu nacional, recordando que la Patria se hizo con coraje y heroísmo.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

La Princesa está triste.
¿ Que tendrá la Princesa ?
las tonteras escapan de su boca de fresa.
Que ha perdido la risa, que ha perdido el color
las valijas le han producido en la cabeza un dolor.

El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
Y nosotros anclados no vemos otra cosa
Y el profundo poeta supera su ficción.

La princesa no ríe, la princesa no siente
su cuadro de piedra improvisa solemne
y apenas alcanza su tono docente
para explicar a los necios que estamos mejor

Piensa acaso en su príncipe,
que ha detenido la carroza argentina,
¿ O en el rey de la isla de las joyas fragantes ?
¿ O en la tierra lejana de la cartera estelar ?

Ella ama el palacio y el trato de plata
el roce extranjero y los accesorios de ALBA
(mientras las 20 verdades duermen el sueño de piedra y están enterradas junto al General)

pobrecita princesa de berretín europeo
esta presa del tiempo que arruga el pasar
su porte decae junto a su figura
y teme que, luego, decaiga algo mas

La princesa está mal no se encuentra razón
los galenos no entienden la causa feroz
los consejeros vuelan de noche y de dia
y no pueden dar con el drama atroz
los ministros preguntan si serán los problemas
o la envidia a su antecesor
los bufones comentan por lo bajo que todo cambiaría si hubiera algo de luz.

c

María Magdalena dijo...

No. Ni siquiera en la metáfora puede llamársela "Princesa" -menos aún parodiando a Rubén Darío!!!!!-.
Llamemos a las "cosas" por su "nombre": la princesa no es sino un patético bufón!
Un abrazo

María Magdalena dijo...

Ah! Y debía citarlo, ya que aquí se alude al 20 de Noviembre, Día de la Soberanía Nacional:
"YO ME DECIDO POR MI PUEBLO
Y POR MI PATRIA"
Gral. Juan Domingo Perón